Ayuntamiento de Bilbao

El Ayuntamiento de Bilbao en su concepción actual tiene 3 fases muy bien definidas

AYUNTAMIENTO CLÁSICO (Plaza Erkoreka 1)

El 17 de abril de 1892 se inauguraba el edificio del Ayuntamiento de Bilbao y con él, la nueva centralidad administrativa de la Villa. Desde su situación privilegiada, al borde de la Ría del Nervión, ha visto como se consolida y crece la ciudad.

Después de más de un siglo de historia sigue siendo uno de los edificios más elegantes de Bilbao. Su imponente presencia nos reta a mirarlo con detalle analizando cada una de sus aristas y descubriendo en ellas el talento creador de los grandes artistas y artesanos locales.

Muy pocos edificios tienen la amplitud del Ayuntamiento de Bilbao y muy pocos Ayuntamientos tienen el lujo de servir como muestrario de las personalidades, los políticos y los artistas de su ciudad como ocurre en Bilbao. Quizás este cóctel de personajes puede resultar arriesgado pero, con la arquitectura de fondo, todo encuentra su espacio.

En la fachada del Ayuntamiento de Bilbao posan los bustos de algunos de sus más ilustres personajes: Don Diego López de Haro, fundador de la Villa; el Cardenal Gardoqui, relevante orador y político que elevó a Basílica la Iglesia de Santiago; Don Juan Martínez de Recalde, almirante de la Armada Invencible y alcalde de Bilbao; Don Tristán de Leguizamón ilustre bilbaíno y antiguo propietario de los terrenos que ocupa el edificio; y Don Nicolás de Arriquíbar y Mendoza, economista y miembro de Mérito y Benemérito de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País.

Los escultores Garamendi, Serafín Basterra y Vicente Larrea se encargaron de los bustos de don Diego López de Haro, el Cardenal Gardoqui y don Juan Martínez de Recaldo. Tomás Fial se ocupó de los de don Tristán de Leguizamón y don Nicolás de Arriquíbar y Mendoza.

Mencionar los Heraldos y Maceros y las esculturas de La ley y La Justicia

El deustotarra José Soler realizó la decoración de gran parte de los espacios interiores. Los pintores Luis Quintana, Juan de Landaburu y Francisco Dapousa, entre otros, engalanaron con sus cuadros vestíbulos, galerías, salones y despachos.

Don Amadeo Deprít pintó las cristaleras interiores y el contratista bilbaíno Don Ángel Iturralde guió las obras del edificio dirigidas por el arquitecto municipal Joaquín Rucoba. Este último, aunque nacido en Cantabria, se entregó tanto a la transformación de Bilbao que se ha incorporado al elenco de los artistas autores del edificio y su conjunto.

Joaquín Rucoba, cuya implicación con el proyecto fue total, no sólo diseñó el espacio del edificio sino que también detalló gran parte de sus elementos decorativos y siguió la obra de manera meticulosa hasta su conclusión en 1892..

1,4 millones de pesetas de 1883 hicieron posible que hoy disfrutemos del edifico del Ayuntamiento de Bilbao.

El espléndido edificio podría clasificarse como arquitectura ecléctica por su mezcla de elementos clásicos y barrocos y por la escenografía teatral de su espacio exterior e interior. Pero si algo caracteriza su arquitectura es la monumentalidad del conjunto y su riqueza espacial.

Aparentemente es un edificio compacto de planta rectangular desarrollado en cuatro niveles, pero su volumetría es compleja y rica en detalles. Una muestra excelente de esto es su fachada principal. Lo primero que percibe en ella el ojo humano es su perfecta simetría y su composición horizontal, sin embargo, al examinarla en detalle se aprecia un volumen en movimiento: los extremos del edificio se adelantan, la torre con el reloj introduce un nuevo ritmo vertical, la escalinata se abre como una cascada hacia la Ría dando un protagonismo total a la parte central del edificio con su juego de volúmenes, sus arcos y columnas, sus luces y sombras y su balcón principal.

De igual forma ocurre en su espacio interior, las escaleras de mármol encadenan el espacio interior y permiten al visitante deslizarse de manera mágica por las diferentes plantas. Mármoles blancos, piedra caliza, vidrieras y estucados conducen hasta el Salón Árabe: uno de los ejemplos más exquisitos de “alhambrismo” de toda la Península Ibérica.

El Salón Árabe es el espacio interior más emblemático del edificio por su peculiar decoración. Aparentemente, su estilo puede resultar una decisión caprichosa. Sin embargo, durante el siglo XIX se vive una recuperación romántica de los estilos artísticos anteriores que son mezclados generando nuevos lenguajes. De esta forma conviven elementos renacentistas, barrocos y árabes. Y quien mejor que el arquitecto Rucoba, que había trabajado trece años en Málaga, para diseñar al detalle el Salón Árabe evocando el ambiente de espacios como el Alcázar de Sevilla.

Hasta 1515, el solar había sido propiedad de don Tristán de Leguizamón y albergaba viñedos y huertas. Era un área fértil, soleada, bien conectada, perfecta para usos tanto agrícolas como urbanos y muy próxima al núcleo urbano amurallado que hoy se conoce como Casco Viejo. Por estos motivos, Fray Pedro de Bilbao recibe en donación los terrenos para edificar el Convento de San Agustín cuya obra se concluye en 1664.

Sin embargo el uso como Convento no es el definitivo que tendrá el solar. En 1821 el Convento es expropiado con motivo de la desamortización y pasa a ser en propiedad del Estado. Durante la 1ª Guerra Carlista se utiliza como fortaleza hasta que en 1836 es bombardeado convertido en ruinas.

Tras la guerra se proponen diversos usos para este solar: monumento de los “mártires de la Libertad” o “héroes de San Agustín”, Santa Casa de Misericordia, Palacio de Exposiciones, Escuela de Artes y Oficios, Parque de Artillería e incluso edificio de Aduana. Ninguno de todos estos proyectos llega a formalizarse ya que otro proyecto de mayor envergadura le está esperando: en 1883 la Corporación Municipal aprueba destinarlo a la construcción de una Nueva Casa Consistorial.

La Antigua Casa Consistorial se ubicaba adosada a la Iglesia de San Antón, al situarse junto a la Ría, había sufrido diversas inundaciones que habían dañado de forma irreversible sus espacios y documentos. Había llegado el momento de cambio, la Villa de Bilbao estaba creciendo y el área del antiguo convento de San Agustín era una oportunidad perfecta.

El enclave representa el crecimiento de la ciudad y la nueva centralidad urbana tras la anexión de las anteiglesias de Begoña y Abando y la consolidación y remate de El Arenal y Sendeja como nuevo espacio de recreo.  Además, el edifico del Ayuntamiento encabezaba el eje más elegante de la Villa: el Campo Volantín, el paseo elegido por la burguesía bilbaína para la ubicación de sus elegantes palacios.

En el lateral izquierdo de la fachada trasera del Ayuntamiento de Bilbao se encuentra el clavo que indica la altitud oficial de Bilbao que es de 8,804 msnm. También se dice que esta altura coincide con la del quinto escalón de la escalinata de la fachada principal. A partir de este punto se puede establecer la elevación de las calles y edificios de Bilbao. (Texto de Arkikultura)

ANEXO I (Campo Volantín 1 bis)

Este edificio anexo del Ayuntamiento se construyó con este fin el el año 1928 por Pedro Ispizua

Es una de sus fachadas destacan las figuras de Joaquín Lucarini con el nombre de «A las artes liberales» , una colaboración que se repite en otros muchos edificios de Bilbao

ANEXO II (EDIFICIO SAN AGUSTÍN) (Plaza Erkoreka 12)

En el año 2008, se amplía de nuevo el Ayuntamiento con un edificio moderno en la parte posterior de del Ayuntamiento clásico

Es obra del estudio IMB arquitectos y es bautizado como Edificio San Agustín recordando al antiguo convento previo al destino actual

Consta de 2 bloques unido por una pasarela (de 3 plantas) que da paso a una escalera bajo ella para comunicar con la zona alta del barrio.

EL CALLEJÓN

El callejón que separa los edificios antiguo y el moderno del ayuntamiento, merece una mención especial porque alberga 3 obras destacables

Ya hemos mencionado la obra de Lucarini «A las bellas artes» adosadas a la fachada lateral del Anexo I y que forma parte de este callejón

Mencionaremos, ademas la composición fotográfica del año 2012, llamada «Paisaje» de Begoña Zubero que decora todo el fondo del callejón

Sobre dicho mural fotográfico se ha ubicado una obra de Joaquín Lucarini llamada, «Fama«

FOTOS ANTIGUAS

FOTOS NOCTURNAS

ANÉCDOTAS

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